Las ayudas para aerotermia y biomasa son incentivos pensados para impulsar el uso de energías limpias y renovables. Gracias a estas subvenciones, el salto hacia sistemas más eficientes resulta más sencillo.
Existen distintas modalidades. Pueden ser subvenciones directas, préstamos a bajo interés o deducciones fiscales en el IBI. Suelen centrarse en proyectos que reduzcan el consumo energético, fomenten la sostenibilidad y mejoren la calidad del entorno.
Normalmente, cualquier persona o empresa interesada puede optar a estas ayudas, siempre que cumpla con los requisitos de la convocatoria. Esto incluye a propietarios de viviendas, comunidades de vecinos, pymes o grandes empresas.
En algunas comunidades autónomas, las condiciones son más específicas. Por ejemplo, se puede priorizar la eficiencia en edificios antiguos, el fomento del turismo sostenible o la modernización de explotaciones agrícolas.
Si empiezas desde cero, existen programas que financian la instalación de sistemas de aerotermia en hogares o negocios. Estos equipos aprovechan la energía del aire para generar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria, como:
- Ayudas para cambiar el calentador
- Subvenciones para la calefacción
- Subvención para mejorar el aislamiento y la aerotermia de la vivienda
- Reducción en la declaración de la renta.
En el caso de la biomasa, muchas ayudas se enfocan en la sustitución de calderas tradicionales por otras que utilicen pellets, huesos de aceituna o astillas de madera. Esto reduce emisiones y dinamiza el entorno rural.
Al revisar las subvenciones disponibles, es posible encontrar opciones que combinen la biomasa con la geotermia u otras fuentes.