Las ayudas al desarrollo rural son incentivos dirigidos a fomentar el crecimiento y la sostenibilidad en zonas rurales. Estas subvenciones promueven la mejora de las estructuras, potenciar la actividad agrícola y ganadera, y promover el turismo rural.
Los tipos de ayudas podrían ser desde ayudas económicas para emprendedores rurales hasta financiación para proyectos comunitarios. Su principal fin es mejorar la calidad de vida en dichas áreas y combatir el despoblamiento.
Los principales beneficiarios de estas ayudas para el desarrollo rural son agricultores, ganaderos y pymes situadas en zonas rurales. Además, también tienen acceso por su impacto social las entidades sin ánimo de lucro y las organizaciones locales.
Las condiciones necesarias para poder acceder de manera general serían encontrarse en el ámbito rural y ser titular de una explotación, empresa o proyecto, estar dado de alta como trabajador autónomo con la actividad empresarial relacionada con el ámbito rural y contar con ingresos agrarios.
En España, destacan las ayudas para desarrollo rural como:
- Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER)
- Programas LEADER de iniciativas locales con impacto económico y social.
También existen subvenciones para financiar la modernización de explotaciones agrícolas y dar apoyo a los jóvenes agricultores y algunas comunidades autónomas también ofrecen ayudas adaptadas a sus necesidades locales.
Las ayudas para el desarrollo rural tienen un impacto positivo directo en la economía local y la calidad de vida de las zonas rurales o áreas despobladas. Permiten crear empleo, diversificar actividades económicas y modernizar servicios básicos como acceso a internet o las infraestructuras.
También permiten preservar el patrimonio cultural y fomentan la sostenibilidad medioambiental, garantizando que las futuras generaciones tengan un entorno rural próspero y habitable.